Su realización no duró más de 20 minutos, en los cuales me deje llevar por mis impulsos, exteriorizándolos con trazos sutiles y ligeros derrames de pintura.
Después, para otorgarle mayor agresividad a la obra fui friccionando un utensilio contra ella, dejando percibir en su espacio las huellas impresas.
Antes de que la pintura se secara por completo cogí los cuadros y les arroje agua a presión para que se diluyera un poco la pintura sobrante, dando como resultado una obra más reposada, que no pierde ni un atisbo de intensidad.
Acrílico sobre lienzo.
90x60 cms.
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