“Volviendo a un lugar desconocido desde la mirada como pensamiento”.
Dicha frase; no se si del conferenciante Pep Montoya o del artista Joan Hernández Pijuan; es la esencia del trabajo artístico de este último.
Su obra personal es una gran reflexión sobre el tiempo, su contemplación y el entorno que la rodea.
Con su mirada atenta, Pijuan sabe captar los detalles de un mundo que cada vez es más rápido y fugaz, donde casi todo pasa desapercibido sino realizamos el ejercicio de pararnos a observar y reflexionar.
Este artista observa con una mirada distinta, analítica, lo que en ocasiones estamos acostumbrados a ver sin percatarnos de sus cambios, de su diversidad.
Desde mi punto de vista, esa es una de las mejores cualidades de un artista.
Saber diferenciar estos cambios que se producen a nuestro alrededor constantemente no es nada fácil; por ello, el análisis minimalista que ofrecen sus obras, en las que muestra la esencia de lo que observa; me parece una magnifica forma de ver y sentir la vida.
Su exposición en la Madraza (Granada) recoge esta aptitud. Sus obras son el resultado de un proceso de contemplación y meditación de la naturaleza desde una perspectiva muy personal y profunda.
Gracias a la Conferencia realizada por Pep Montoya y Emilio Zurita en la Facultad de Bellas Artes de Granada, podemos sentirnos más cerca de la obra de este artista, humilde y claro, como sus pinturas; y apreciar las desigualdades de la vida y el contexto en las que se nos presenta.
A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto,
y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante.
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